Es verano y te apetece nadar entre atunes de 250 kilos, y de paso comértelos. O por lo menos parte de ellos.
Si eso es lo que te gusta, solo existe un sitio en toda la comunidad catalana donde puedas hacerlo, y en Litoral Costa Dorada tenemos el apartamento turístico ideal para que disfrutes de tu deseo. Ese sitio es la Ametlla de Mar, conocida popularmente por sus habitantes como “La Cala”.
Un bonito pueblo pesquero que pertenece a la comarca del Baix Ebre y que está situado en el centro del Golfo de Sant Jordi. Sus pequeñas calas rocosas nos recuerdan a la Costa Brava. Su economía está directamente relacionada con la pesca, el turismo y la gastronomía.
Todo eso lo reúne el Tuna Tour. Una inolvidable experiencia que comienza a bordo de un catamarán en el mismo puerto de la población costera. Una vez a bordo del barco, mediante un audiovisual te explicarán cómo son los atunes, cómo se crían, qué comen y cómo los capturan. Luego, una vez llegues al destino, a unos 5 kilómetros de la costa y en una piscina en pleno mar, tendrás la oportunidad de nadar entre estos enormes peces de más de 250 kilos. Verás a qué velocidad nadan, tan cerca de ti que dispararán tu adrenalina. Pero tranquilo que no hay peligro, los atunes son inofensivos.
Una vez de vuelta y en el mismo barco, podrás saborear el atún rojo del Mediterráneo con bebidas frescas y mientras surcas la bonita costa de la Ametlla de Mar.
Turísticamente hablando puedes recorrer sus estrechas calles con blancas casas y degustar la típica y abundante cocina de la comarca en cualquiera de las terrazas de sus restaurantes.
Calafat, Sant Jordi d’Alfama, Les Tres Cales, L’Ametlla de Mar (núcleo urbano) y Roques Daurades forman parte de los 14 kilómetros de costa que tiene esta población, donde pequeñas calas te esperan para disfrutar de sus cristalinas aguas.
Hasta 1986 era el único puerto de Cataluña destinado a la actividad pesquera en exclusiva, por lo que otra buena experiencia es visitar la Cofradía de Pescadores, en la que se subasta el pescado que capturan las numerosas barcas que se dedican a ello.
Y si te gusta el submarinismo también existen diferentes rutas en Cala Llobeta, Pixavaques, Cala Vidre y el Estany, donde viven muchas especies marinas aprovechando el hábitat diverso que proporciona la orografía del fondo rocoso formando grietas, cuevas y agujeros.