Prades, más allá del litoral en la Costa Daurada

Si estás en la Costa Daurada no tiene porqué ser todo sol y playa. También podemos cambiar un poco y dedicar unos días a visitar el interior del territorio y disfrutar de las bondades de una magnífica región plagada de pequeños y bonitos pueblos, recorrer carreteras rodeadas de viñas centenarias, y disfrutar de la tranquilidad de una comarca rural, donde puedes comer como un rey si lo tuyo es la gastronomía.

Prades es un bonito pueblo de montaña situado en el interior de la comarca del Baix Camp. También se le conoce como la “Vila Vermella” por los colores rojizos de sus casas ya que para su construcción utilizan una piedra de ese color y que abunda en toda la sierra. La población tiene muchos lugares de interés turístico a su alrededor, pero en ella podemos visitar y sacarnos una foto de familia al lado de la fuente renacentista que hay en la Plaza Mayor.

 

Padres
Foto cedida por: Tirso Maldonado

 

Una plaza porticada, con bares y restaurantes donde puedes probar los suculentos platos elaborados con sus productos típicos: patatas, embutidos, castañas, miel, etc. Y si tu visita coincide en temporada de setas también puedes degustar las variedades que se encuentran en sus montañas, muy apreciadas por los entendidos en la materia. Especial mención debe tener también la Fiesta del Cava, en la que, como cada año, ocurre algo único y sorprendente: de los caños de la fuente sale cava en lugar de agua. Cada año esta popular fiesta tiene más adeptos, y no es de extrañar.

 

iglesia de Prades
Prades

Foto cedida por: Angela Llop

 

Otro municipio de la comarca es Riudecanyes. En él se encuentra el Castillo y Monasterio de Escornalbou. El castillo data del siglo XII y en su interior vivieron monjes hasta 1835. Desde su localización podemos disfrutar de unas bellísimas vistas de algunas comarcas de Tarragona, que ya de por sí merece una visita. En Riudecanyes se encuentra también el pantano del mismo nombre donde podemos pasear por sus orillas y admirar el paisaje que lo rodea.

No podemos olvidar La Mussara, un pueblo deshabitado de las montañas de Prades que disfruta de una impresionante vista del Camp de Tarragona y que, en días claros, se puede ver desde el Delta de l’Ebre hasta Mallorca sin mucho esfuerzo.

Para los amantes de la naturaleza, una opción más a tener en cuenta sobre todo en verano, es no dejar escapar la oportunidad de ir hasta las Pozas de la Febró, un conjunto de bonitos y pequeños saltos de agua donde pueden bañarse en las frescas aguas de este afluente del río Siurana.